Templos Marianos en Aragón
Desde hace siglos, el hombre ha peregrinado a numerosos lugares, creando vías de comunicación, ciudades y edificios de gran belleza, simbolos de fe religiosa. La esencia de la Ruta Mariana corresponde al alto número de peregrinos que veneran y dan gracias a la Virgen demostrando su fe y su amor.
Los santuarios de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza, el de Torreciudad en el Somontano de Barbastro, el de Montserrat en Cataluña, y el de Lourdes en Francia, forman la Ruta Mariana.
El Santuario de Nuestra Señora del Pilar, está considerado como el primer templo dedicado a la Virgen María. Próximo al Ebro y en el centro urbano, sus cúpulas y torres simbolizan el centro espiritual en torno al cual se alzan la historia y el urbanismo de la ciudad. Según la tradición, la noche del 2 de enero del año 40, “la Virgen María vino en carne mortal a Zaragoza para confortar al Apóstol Santiago, que se encontraba predicando el Evangelio». La Virgen le dio como testigo una columna, que se encuentra en el mismo lugar desde entonces, y le comunicó que edificase en ese lugar un templo dedicado a ella. A partir de ese momento comienza la devoción y la tradición.
Actualmente el Pilar está considerado como uno de los templos barrocos más majestuosos de España y su Santa Capilla, el corazón de la Basílica, guardando en su Camarín la imagen de la Virgen sobre la Santa Columna. A este lugar convergen las miradas de los fieles y visitantes. Los infanticos del Pilar, los Mantos de la Virgen, el Museo Pilarista, las pinturas de Francisco de Goya, o la Ofrenda de flores del 12 de octubre, enriquecen y atestiguan la importancia de la devoción de los fieles.
El Santuario de Torreciudad está ubicado cerca de Barbastro en la provincia de Huesca, en un espacio privilegiado sobre el embalse de El Grado. Este moderno santuario se sitúa próximo a la antigua ermita que dio origen a la devoción de la Virgen de Torreciudad en la Edad Media. Torreciudad es lugar de reunión y peregrinación para miles de personas sobre todo familias, convirtiéndose en uno de los más visitados del Pirineo.
La talla de la Virgen que se conserva, es venerada desde la Edad Media siendo escondida y posteriormente recuperada, cerca de la ermita, una vez conquistado el terreno por los cristianos.
La historia del actual santuario arranca en 1956. San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, con sólo dos años de edad cayó gravemente enfermo. Su madre rezó intensamente a la Virgen, hasta que el pequeño se recuperó. Días más tarde llevaba al niño sano en peregrinación a la Virgen de Torreciudad. Por esta razón, José María de Escrivá quiso reavivar el culto a Nuestra Señora de Torreciudad, ayudado y con la colaboración de personas de todo el mundo y bajo las directrices del arquitecto Heliodoro Dols se construyó el actual santuario.
Un conjunto de lugares cuyo germen es la devoción de innumerables fieles atraidos por su fe, una Ruta llena de tradición, pero también de belleza de espacios naturales, de gran riqueza patrimonial y de actividades para todos los viajeros.
EL PRIMER TEMPLO ESTA PRECIOSO,EL SEGUNDO NO ME GUSTO NADA…EL TORRECIUDAD.